Verano de 2002.
Acababa de licenciarme en Ingeniería de Organización Industrial en Alcoy y, siguiendo a un amigo, dejaba mi Elda natal (una pequeña ciudad de Alicante) para irme a Alemania, estudiar el idioma y encontrar una oportunidad laboral.
A los pocos meses, mi amigo volvió a España. Mis progresos con el alemán eran lentos y mi oportunidad laboral consistía en un trabajo de friegaplatos con un jefe iraní que ni siquiera me daba de comer.
Cobraba 400€ y perdí siete kilos durante esos meses.
Podría haber vuelto… pero no quería sentir que había fracasado. Vendí mi coche (un Seat Ibiza negro) y mi ordenador para seguir pagando el alquiler y en mis ─pocos─ días libres, enviaba cientos de currículums para trabajar de lo mío.
Después de muchos intentos, conseguí unas prácticas como Controler Financiero. No dejaba de ser un becario en un tipo de trabajo que nunca había hecho… pero acepté el reto.
En unos meses estaba contratado.
No estaba mal para alguien que había salido de un pueblo pequeño y que se había tenido que pagar la universidad a base de becas y trabajos temporales.
Además de aprender, crecer y empezar una carrera laboral, me di cuenta de algo: mucha gente que conocía dentro de los círculos financieros ganaba mucho (en serio, mucho) dinero trabajando muchísimas menos horas que yo.
Y entonces leí Padre Rico, Padre Pobre de Robert Kiyosaki.
¿Sabes esos libros que te hacen pensar, pero luego, al pasar unos días, se te olvida y vuelves a tu vida normal?
Esta vez fue distinto. Pasaron los días y su idea de libertad financiera seguía dando vueltas a mi cabeza.
Durante los meses siguientes seguí leyendo y aprendiendo del propio Kiyosaki y otros maestros como Blair Singer, T. Harv Eker o JT Foxx.
Me formé en inversiones inmobiliarias, hice mis primeras operaciones (prueba-error, prueba-error) y, cuando me sentí lo suficientemente seguro, diseñé un plan.
Un plan donde mis ingresos, mi felicidad e incluso mi jubilación no dependieran de un jefe (para el que nunca sería más que un empleado) o una empresa (cuya prioridad 1, 2 y 3, como estamos viendo estos días, es generar dinero).
Era un plan personal, único y lento. Incluso conservador.
Un plan que nacía en 2008, justo tras el inicio de la crisis económica que sufrimos.
Un plan a 10 años con un único objetivo:
Conseguir la libertad financiera.
Spoiler: en exactamente 10 años (junio de 2018) lo conseguí.